Feliciano Acosta Alcaraz(1943)

Nació en Concepción, 9 de junio de 1943, emigrado a la capital, Asunción, en plena juventud.  Comenzó ya de adulto a estudiar el idioma guaraní, su lengua materna, a nivel académico y se dedicó enteramente a la docencia del idioma hasta convertirla en su actividad principal.  
Obras
Se inició en literatura guaraní recopilando cuentos populares orales y ensayando narrativa de ficción, pero finalmente desembocó en la poesía, forma literaria que prevalece en su producción.  Sus primeros poemas aparecieron en los números 3, 5 y 6 de la Revista Ñemitÿ, especializada en lingüística, que llegó a publicarse un total de 40 números bajo su dirección, con la coordinación que ejercí yo y el gran esfuerzo de Natalia Krivoshein de Canesse.  Su primer poemario Ñe’ë Ryrýi fue editado en el año 1983. Le siguieron a esta obra: Ka’i Rekovekue. La vida de ca’i en 1994, Ñe’ëporähaipyre, en 1995; Muã Sa Vera, en 1996; Pyambu en 1999; Tape Yvyku’i, en 2001; Mandu’a Rendy, en 2002; Mombe’u. Momba’e, en 2003; Maravichu, maravichu, y Kujererã, en 2004; Ka'i guata pyta’ÿ, Ñe’ëmombo. Relación relación…, y Ñe’ëpoty Aty, en 2005; Mombyryete Mombyry, en 2006; Ñe’ë ryrýi ryryive, en 2009, y otras más.
  
Perfil poético 
Feliciano Acosta comprende perfectamente que el lenguaje de la poesía no es el lenguaje lógico sino el figurado o simbólico. Los signos lingüísticos son para él meros instrumentos para construir ideas directamente con las imágenes. Sus versos son extremadamente concisos, breves y terminantes. Podríamos decir que es el poeta de la síntesis extrema, de la condensación más compacta. Su lenguaje es preciso como un telegrama. A sus poemas no se les puede agregar nada y mucho menos quitar; están dados con exactitud matemática; son unos comprimidos poéticos, cuyo efecto se hará sentir o no en el lector o escucha, pero no en las esferas sensoriales sino en el campo del entendimiento o del sentimiento.
He aquí un ejemplo:
Che ahy’ópe oryrýi che ñe’ë
Che ñe’ë  osëséva ombokua yvytu.
Con la descripción de esta flecha aprisionada en su garganta con ansias de perforar lo más diáfano y liberar su palabra, delata que el poema está escrito en tiempos de una férrea dictadura política. Son las ansiedades y los ensueños del hombre, atado a una realidad ineluctable: la falta de libertad. Luego viene la resignación: “Ha katu iporäve, che ahy’ópe omano”. Auto censura y resignación meramente aparentes, porque el poeta acaba de decir su verdad. Si no nos dijera su verdad no sentiríamos la belleza del poema. Todo está expresado aquí pero en lenguaje poético, es decir, apenas sugerido, leve, transparente, pero total.
Este poeta sabe que la poesía no es llamar a las cosas por sus nombres sino dar nombre nuevo a las cosas, a los pensamientos, a los sentimientos y las ideas. Sabe que la poesía sirve para comunicarse por medio de un lenguaje simbólico; para remover la imaginación, lograr que se comparta un sentimiento y se deleite el intelecto del lector.


La forma en su poesía


Acosta se halla totalmente desvinculado de las formas clásicas. No utiliza las estrofas, el metro ni la rima; no le interesa la sonoridad del lenguaje, porque no hace poesía con los sonidos de las palabras, sino con las imágenes construidas dentro de un sistema simbólico. Tampoco usa los recursos literarios clásicos como la comparación, la onomatopeya, la perífrasis, el hipérbaton, etc.  Por todo ello y pese a su origen campesino Feliciano Acosta no trasunta en sus poemas el escenario campesino; más bien es poeta de ciudad, hace poesía urbana, rara especie en guaraní. Quizás por ello se halle ausente en sus poemas ese elemento tan guaraní, tan paraguayo y campesino, que es la cadencia con la cual se expresa la parsimoniosa vida de la gente del campo.   
Las herramientas de Feliciano son la metáfora, la metonimia, la sinécdoque y su especialidad las imágenes sensoriales y los símbolos. En cuanto a la forma, es irreverente con la regularidad del acento rítmico, porque su ritmo es quebrado. Imprime a sus poemas un ritmo propio y diferente en cada caso. En una palabra, construye continente y contenido a un mismo tiempo. Sus poemas no son apropiados para ser escuchados sino mas bien para leerlos en silencio y darse unos deleites muy sutiles.
Tadeo Zarratea

Noviembre de 2011
Extraido del blog MBATOVI (http://mbatovi.blogspot.com/2011/11/feliciano-acosta-el-poeta-de-la.html)

MI HIJO 

A Fredy Benegas

!Papá! Me dijiste. Caía la noche entonces y yo me quedé sonriendo ¿Recuerdas?
Esa noche no pude conciliar el sueño. Tu nombre se agigantaba en mi mente, porque ibas a ser el hijo que esperábamos con mi mujer, que aguardábamos que el benteveo nos anunciara con su canto, pero que no llegaba nunca.
Desde entonces creciste a mi lado como crecía mi amor por ti.
Con frecuencia te ubicabas a mi lado para medir tu altura. Eras bajo.
Cuando salíamos al campo conversábamos animadamente, hasta el cansancio.
Hablábamos de todas las cosas, de tu futuro, de tus sueños, de tus pequeños errores . Yo te escuchaba  atento y en su momento te aconsejaba como si fueras mi verdadero hijo.
Ya más crecido, te enamoraste terriblemente y me contaste tus sentimientos . Yo feliz por ti, te animé abrazándote.
Esos tiempos fueron los más hermosos de mi vida.
Luego creciste, aún así no me olvidaste, me buscabas, me acompañabas, te acompañaba.
Llegué a quererte como a un verdadero hijo. Cuando caminábamos juntos echaba mi brazo sobre tu hombro porque quería que sintiera el amor de tu padre. Entonces olvidaba el canto del benteveo.
Después,  una mañana, cuando empezaba el verano, día aciaga, mis compañeros rodeándome y con mucha congoja me dieron la noticia.
-Dicen que tu hijo falleció a noche. Cuentan que lo mataron.
Quedé atontado, mudo y mis lágrimas corrían a borbotones sin poder contenerlas.
Con la rapidez que pude fui a verte. Te miré largamente. Tu gélido silencio se anudó en mi garganta, enmudeció mi voz.
Allí lentamente amarré a mi vida tu antigua risa y regresé cargado de tristeza. Hasta hoy Fredy, hijo mío, vives sonriente  como un resplandor en mi recuerdo.

Che ra'y
Fredy Benegasre chemandu'ávo

-          ¡Che ru¡  Ere pako chéve. Ka'arupytü'akue upérö ha che chejuruvy rei apytávo
-          Nemandu'ápa.
-          Upe pyhare ndakéi. Okakuaa che apytu'üme nde réra, nde ha'etagui gua'u pe pitogue ñe'ëme che rembirekóndi roha'arö tapiáva ha noguahëmo'äi vaichava voi araka'eve.
-          Upete guive che ykére rekakuaa che mborayhu nde rehe okakuaháicha.
-          Py'ÿinte pako reñemoïmi che ykére reikuaaségui nde pukukue. Ndekarape'akue niko.
-          Jaharamo okaháre jaguata, ñañomongetamiva'erä ñandekuerái peve. Ñañe'ëmi pako opa mba'ére. Nde kakuaa raperäre, nerembipotáre, nde rekoavy'imíre. Che rohendúmi ha ijamivove añemoñe'ëmi ndéve che ra'ýröguáicha.
-          Nde karaia'y potávo ha ne akävaietérö mitäkuñáre, remombe'u otï vai chéve ne remiandu ha che katu chejuruvy rei nde rehe, roañuä ha romokyre'ÿ.
-          Umi ára hína, umi iporävéva'ekue che rekovépe.

-          Upéi ndekaria'y, upevére nanderesaráiri chehegui, chereka, chemoirü, ñañomoirü ha che katu che ra'y teéicha rohayhu, roguerohory.
-          Jaguata ramo ñaína ojoykére aitými che po nde ati'y ári aipotágui reñandu nde ru mborayhu. Upérö pitogue ñe'ë naha'aröveimava'ekue, nde ha'égui che ra'y che korasögui heñoiva'ekue.

Upéi, pyhareve peteï , kuarahy aku guahëme, ára panéme, che irünguéra mba'embyasýpe chemongora ha chemomarandu- Nde ra'y ndajeko omano ange pyhare. Ojejuka ndajeko.
Apyta yvate, cheñe'ëngu ha ysapy pororó okapu che reságui, ysyry tororö ndaikatuvéi ajoko.
Pya'e pya'eháicha aha rohecha. Ama'ë nde rehe puku porä. Ne kirirï ro'ysä cheahy'o juvy, che ñe'ë joko.
Upépe ajokua mbeguekatu che rekovére nde puka yma ha mba'embyasýpe ajevy. Ko'ágä meve Fredy, che ra'y, pukavýpe reikove che mandu'a rorýpe.

Entradas populares