LA LETRA PARAGUAYA ESTA DE LUTO

Anteayer nos sorprendió la infausta noticia, de que calló para
siempre la vibrante voz de uno de los paraguayos ilustres, la del gran
escritor, poeta y Premio Nacional de Literatura, Rubén Bareiro Saguier. Hijo
dilecto de su valle, Villeta del Guarnipitán y ciudadano del mundo. El Centro
Cultural La República, El Cabildo lo ha galardonado como Maestro del Arte, un
título que mereció sobradamente, como gran poeta.
Él nos ha precedido en el paso a la eternidad, tras haber
transitado por el orbe dejando su impronta de intelectual de probada hidalguía
y creatividad. Fue un ser humano cabal, apreciado y respetado en todos
los ámbitos, en los que le tocó vivir y actuar como representante del Paraguay.
Conoció el dolor del destierro, que sin embargo, en vez de amilanarlo, templó
su espíritu para darnos lo mejor de su voz poética y pensamiento intelectual.
En Evidencia, nos dice el poeta:
Y de golpe comprendo / que mi patria, / la antigua tierra
abierta / de los dueños del viento /se ha vuelto este pedazo de sombra / entre
cuatro paredes / y una reja.
Rubén Bareiro Saguier fue un hombre solidario, un intelectual
que contribuyó con quien se acercaba a él, ya sea en su casa de París o a la
Embajada de Paraguay en Francia. Los paraguayos encontraron refugio bajo su
gran ala, en los momentos más tristes y aciagos. Hizo un culto de la amistad a
sus semejantes. Conoció y frecuentó a los escritores más reconocidos del boom
Latinoamericano, contribuyó con la cultura paraguaya sin retacear su mejor
esfuerzo, en infinidad de proyectos, que dieron nombradía y quilate a nuestro
país. No fue un autor prolífico, pero en su obra nos deja una herencia rica en
variedad y calidad, que van desde los versos, la prosa, el ensayo y la letra
para música, siempre con el olor y el color de la tierra colorada y el río
Paraguay que lo vio crecer.
El gran poeta y
crítico argentino, Saul Yurkevich, quien fuera muy amigo de nuestro compatriota
había dicho de él: “Rubén Bareíro Saguier ha entramado su existencia personal
con la de su colectividad, su intimo transcurso con los avatares de su país.
Desde sus tiempos de estudiante ha librado todos los combates-políticos,
estéticos, culturales y lingüísticos que al Paraguay incumben, ha defendido en
múltiples frentes su ideario acerca del sentido y los destinos nacionales antes
de resultar el Embajador a justo título del Paraguay en Francia. El fue para
nosotros el Embajador innato y a nadie que yo conozca corresponde mejor esta
dignidad.
Bareiro Saguier fue uno de los miembros destacados de la
Generación del ’50, conjuntamente con poetas como José Luis Appleyard, Ricardo
Mazo, José María Gómez Sanjurjo, Ramiro Domínguez, Carlos Villagra Marsal,
Rodrigo Díaz Pérez, entre otros. Abogado por la UNA, en 1953, fue además
Licenciado en Letras, (UNA) en 1957, y Doctor en Letras y Ciencias Humanas, por
la Universidad Paul Valery, Montpelier III, Francia (1991)
Fue fundador del Ateneo Viriato Diaz Pérez. Dictó cátedras de
Literatura Hispanoamericana, en la Facultad de Filosofía (UNA). Fue también
director de la Revista Alcor, una publicación literaria que marcó una época
fecunda de las letras en nuestro país.
Fino poeta, ensayista, periodista, narrador, docente y crítico
literario. Fue un líder intelectual y fundador de Academias Literarias en su
juventud. Fue también activo miembro de la Sociedad de Escritores del Paraguay,
en la que le cupo ocupar cargos hasta el 2011. Fue distinguido Miembro
Honorario por la SEP.
Tras haber sido ganador del Premio Casa de las Américas de Cuba,
en 1971, este galardón le valió, primero la prisión en las mazmorras de la
dictadura, y luego, el destierro de nuestro país, exiliándose 25 años en
París, Francia, donde ejerció funciones de docente y posteriormente, la de
Embajador. En su función docente y como diplomático, fue un gran defensor y
difusor del guaraní. Tuvo cátedras de nuestra segunda lengua oficial en
reconocidas universidades de Europa.
Pudo retornar recién a nuestro país, tras la caída de la dictadura
Stronista, en 1989 y en la Asamblea Nacional Constituyente de 1992, propuso la
oficialización del idioma guaraní.
Adiós al maestro
Una leve brisa atraviesa el tiempo / y orada rocas y diamantes.
/ Dibuja huellas en la arena / que se vuelven nítidos cristales / Y hay
lágrimas que se deslizan / por toboganes transparentes / hacia el insondable
trepidar / de leños encendidos.
Lisandro Cardozo
Pte. SEP